Turbulent Skies
Vliegende Hollanders
Esta es la crónica de la relación, necesaria pero terriblemente complicada, que mantuvieron entre 1919 y 1939 el director de la KLM, Albert Plesman, y el piloto y fabricante de aviones, Anthony Fokker, en unos años en que Holanda iba a definir su papel en la aviación mundial durante el periodo de entreguerras.